Él estaba nervioso, pero era más fuerte que eso: No la conocía, pero era por su sangre, así era
él y no iba a cancelar las cosas sea quien sea la chica; sus padres no podrían haber elegido tan mal después de todo, era una Black.
Ya lista, Walburga Black camino hacia las puertas de la Iglesia, donde la esperaba su padre, Pollux para llevarla al altar. Él asintió, con una leve sonrisa al verla.
Tomo con delicadeza su mano y abrió las puertas, todo el mundo parecía esperar aquel momento, la boda de dos Blacks no era cosa de todos los días. A ella, se la podia ver como siempre, con una elegancia unica que solo se podia admirar en una Black, lista para todo.
Orion Black se volteo para verla, tomo aire y no dijo nada. La corbata, por más veces que la había usado, todavía le resultaba incomoda. Busco con la mirada a su hermana, quien tenia la misma edad que su prima, no, que su futura esposa.
Por fin llego al altar, miro de arriba abajo a Orion, satisfecha volvió la vista hacia adelante, mirando con seriedad al cura.
Trago saliva, imitándola y mirando al cura: que ya estaba empezando la ceremonia.
Se maldecía por sus adentros, sin saber porqué.
Negó con la cabeza de un momento a otro y escondió una sonrisa traviesa.
Por fin la voz del cura llego a su mente, cuando este pregunto:
- Walburga Irma Black, ¿acepta usted a Orion Arcturus Black como legítimo esposo? Para amarlo, honrarlo, respetarlo y cuidarlo hasta que la muerte los separe? - dijo, glacial.
- Si, acepto. - hablo ella por fin, su voz sonó grave, aunque su cara transmitía una fina seguridad.
Apretó más la mandíbula, ya le había llegado "la hora."
- Y usted, Orion Arcturus Black, ¿acepta a Walburga Irma Black como legitima esposa? Para amarla, respetarla y cuidarla hasta que la muerte los separe? - dijo en el mismo tono que antes el anciano.
"Amarla de seguro que no" - pensó él, pero asintió.
- Si, acepto. - dijo, indiferente.
Suspiro aliviada, pensando que nunca iba a terminar. Miro a su ahora esposo y le sonrío, dejando mostrar una sonrisa perfecta por através del velo.
Ya no era soltero, ahora era un hombre casado ¡Y a abstenerse a las consecuencias! Le devolvió la sonrisa, casi obligado.
El cura seguía hablando, le había dado por fin lugar al "Que hable ahora o calle para siempre" y en segundos posiblemente él mismo se opondría; pero el ser Black significaba mucho, mucho más que eso.
No dijo más, espero el fin de la boda con las mismas ansias que ella.
Espero el " Ya puede besar a la novia ", y lo espero a él.
Retiro el velo de su rostro, como si ella fuera frágil: se notaba que no la conocía. Se acerco a sus labios, con temor y la besó.
Paso las manos por alrededor de su cuello, tratando de sentir algo.
Entendía perfectamente la intención de ella, pero sabía a ciencia exacta que la vida de dos serpientes no seria tan fácil, sobre todo si en algunos años dos sorpresas llegarían a la vida de Orion y Walburga Black.
~ Es un one-shoot. espero que les guste ^^